lunes, 30 de septiembre de 2013

El viaje de tu vida.

Navegamos en un barco, un barco sin rumbo. Sin dirección alguna. Pero en ese barco nosotros somos el capitán, el capitán de nuestros errores, de nuestros sueños, de nuestras decisiones. Podemos decidir a dónde llegar, nuestro destino. Pero a veces cometemos el error de dejarnos llevar por las corrientes marinas, o le entregamos el timón a otra persona, y eso nos lleva al hundimiento de el barco. Entonces perdemos el rumbo, ya no sabemos dónde vamos, ya no podemos hacer nada. Se nos va el barco, chocamos contra icebergs, nos ahogamos en nuestro propio hogar, y vemos como nuestras personas más queridas se hunden lentamente. Y poco a poco ese barco que en un principio había estado lleno de sueños e ilusiones, ahora se convierte en un barco fantasma. Por eso hemos de ser fuertes, hemos de aferrarnos al timón y no soltarlo por nada del mundo. Hemos de defender lo que es nuestro, nuestras ideas, nuestras razones. No dejes nunca que alguien tome el timón de tu barco, o podrías hundirte. No dejes que te coman la cabeza con sus falsos argumentos, solo son piratas sanguinarios que ya perdieron su barco por ser débiles, y ahora buscan otro al que agarrarse. No caigas en la tentación, o te agarrarán con sus sucias manos y te arrojarán al agua, separándote de tus sueños, te lo quitarán todo, y no tendrás otra opción, habrás de convertirte en uno de ellos, te transformarás en un pirata más en este mar lleno de maldad.
Has de aferrarte a tu barco y enfrentarte a los piratas, nadie dijo que mantener un barco fuera fácil, pero es tu única opción. Para llegar a tu destino deberás pasar por innumerables pruebas y peligros, pruebas que te harán fuerte poco a poco y te ayudarán. Pero primero has de saber a donde quieres ir, porque una vez decidido, ya no podrás dar marcha atrás. Has de escoger bien, no dejes que escojan por ti. Porque en el viaje de tu vida, tu decides por donde quieres pasar, a donde quieres llegar.
Ahora dime, ¿tienes claro tu destino?



sábado, 28 de septiembre de 2013

Espadas invisibles.

Desde pequeños han tenido la necesidad de medir quien era el mejor. Siempre seguían al que tenia la espada más afilada, pero no valoraban a quien tenia el escudo más grueso. Ese siempre ha sido su gran error. El guerrero que más mataba era el favorito, da igual si se hacía daño o si moría en el intento. Nunca se fijan en el guerrero que tiene más habilidad, o en el que se defiende mejor. Y eso no cambia nunca. 
Entonces los guerreros se van haciendo más grandes, y tienen la necesidad de parecerse al líder, pero no se dan cuenta de que no van a destacar por ser iguales al más fuerte, sino que el que realmente destacará, será el guerrero más diferente. Destacará el que luche con el alma y la creatividad, y no con la fuerza y la imitación. Los guerreros poco a poco se irán haciendo mayores, y se darán cuenta de su error. No es mejor guerrero el que más mata, sino el que más sabe perdonar. Pero para eso ya será tarde, ellos se arrepentirán en vano de todas las vidas que han arrebatado, mientras que el guerrero que de pequeño había sido marginado por diferente, ahora estaría revolcándose en su felicidad, la felicidad de haber sabido sonreír en esta vida pasase lo que pasase, le aceptaran o le marginasen, le admitieran o le expulsasen. Ese guerrero que había sabido mantenerse en pie solo con un escudo, ahora observaba como se hundían los que antaño se habían burlado de él. Pero en realidad no era venganza lo que sentía, sino pena. Esos pobres guerreros habían intentado conseguir la felicidad siguiendo a otros que parecían tenerla, pero que en realidad solo la aparentaban. Pero no era culpa suya, esos "guerreros" a los que seguían sabían lo que hacían. Los habían engañado, y ellos no lo habían visto. Pero así es la vida, solo unos pocos sobreviven en esta sociedad, los que abren los ojos y saben que no deben seguir a nadie por mucho que les guste, o por mucho que quieran parecerse a él. Un guerrero tiene su propia personalidad e ideas, solo hay que saber encontrarlas y una vez encontradas, liberarlas. 


jueves, 26 de septiembre de 2013

Coronas que no existen.

Desde pequeñas les han dicho que eran princesas, que podían hacer lo que quisieran si se lo proponían. Que si se ponían el vestido y la corona, podían mandar a quien quisieran. Que serían las amas de un palacio, un palacio precioso, en paz y sin males ni discusiones, sin mentiras ni traiciones. Siempre les dicen que sus vidas serán perfectas, que encontraran a un príncipe del que enamorarse, y que él les cuidara toda la vida. Pero les mienten, les mienten descaradamente y sin compasión. Pero ellas no lo saben, no lo saben hasta que ya es tarde, y ya no pueden hacer nada para arreglarlo. Solo han sido una pobre víctima más de esta sociedad. Ven como todo a su alrededor se va marchitando, se va volviendo negro, y se dan cuenta de que en el cuento del que siempre les habían hablado, en realidad gobierna el malo. Les quitan sus vestidos, les roban sus corceles y les queman sus palacios, y, en un momento, les rompen los sueños y les dejan sin nada. Ahora solo son unas pocas almas blancas deambulando por un mundo negro. No tienen nada. Intentan recuperar esos sueños rotos buscando a un príncipe en vano, en el fondo saben que no lo van a encontrar, pero se aferran a la esperanza de que todo sea solo una pesadilla, y vuelvan a despertar en su dulce cama en palacio. Pero no es así, y poco poco se van dando cuenta. Empiezan a abrir los ojos y ven la horrible realidad. Y entonces es cuando sus almas se empiezan a volver grises, ese gris que lentamente se irá transformando en negro, y una vez más, se habrán ahogado en sus miedos y la sociedad habrá ganado.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Frase

-"El diablo no sabe más solo por viejo, te aseguro que tiene varios libros en la estantería del infierno". (Miguel Ángel García Herrera)


PD: Queridos lectores, a partir de ahora no podré publicar mucho debido al retorno del instituto. Gracias por leerme!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Frase

-"Escribir es una forma de supervivencia". (Ray Bradbury)

Frase

-"La vida és una obra teatral en la que no importa quant hagi durat, ni quantes persones hi hagin actuat, sinó quant ben representada hagi estat". (Loriéncq)

Frase

-"Al escribir, uno recuerda que está vivo, y eso es un privilegio". (Ray Bradbury)

Frase

-"Canta, baila, ríe, llora, sueña y vive intensamente antes de que baje el telón y la obra de tu vida acabe sin aplausos". (Anónimo)

viernes, 6 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Frase

-"En un mundo de puertas cerradas el hombre que tiene la llave es el rey". (Sherlock)

Frase

-"El arte no es una cosa, sino un camino". (Elbert Hubbard)

Frase

-"La lectura es para la mente lo que el ejercicio para el cuerpo". (Anónimo)

La aventura millonaria.

CAPÍTULO 5: CENTRAL PARK, EN BUSCA DEL ÚLTIMO SOBRE

¿Cómo que más participantes? ¡Eso no me lo habían dicho! Me cagué en todos los demás concursantes. ¿Ahora resultaba que tenía que competir con más gente? ¡Venga hombre! Si hubiera sabido eso desde el principio seguramente no hubiera aceptado, pero yo pensé que dependería todo de mí, y entonces acepté. ¿Cuántas posibilidades había ahora de que ganase?
En fin, cené, y cuando acabé de cenar me fui a la cama, no tarde en dormirme.
Al día siguiente fui a trabajar como siempre. Cuando acabé de trabajar me fui a casa, comí y me eché la siesta. Luego me fui al gimnasio toda la tarde, quería estar ocupado para no pensar demasiado en el concurso. Pero seguía enfadado por no haberme dicho desde un principio que había más concursantes. Está bien, era un concurso, y en los concursos hay más concursantes, pero pensaba que cada uno tenía su tesoro, si lo conseguía bien, y si no pues no. Pero ahora resultaba que solo había un tesoro que tenía que ser disputado por todos los participantes.
Cuando salí del gimnasio me fui a casa, cené y vi la televisión. Estaba impaciente por ir a Central Park. Hoy era el día, se ganaba o se perdía. ¿Tendría que llevar algo? Era de noche y necesitaría alguna linterna, pero en la carta no ponía nada. No me preocupé mucho por eso, porque en caso de que no nos dieran nada, llevaba la linterna del móvil. 
A las once y media me empecé a preparar y a las doce menos veinte salí de casa. El Central Park estaba un poco lejos pero por la noche no había mucho tráfico. Llegué allá a las doce menos cinco. Ya había gente allí, fui el último. Todo el mundo me miró al llegar, reconocí a algunos de los demás participantes. Estaba Amanda Jones, propietaria de una empresa muy famosa de colchones, Erik Spencer, un millonario de la zona y Stephen Heller, un estilista de famosos también con mucho dinero. A los otros dos no los conocía.
Al cabo de cinco minutos, a las doce en punto, se nos acercó un señor vestido de negro:

-Buenas noches concursantes.-el hombre hablaba con una voz muy grave- Podéis llamarme El Cazador, y vengo a explicaros un par de cosas. Esta noche se decidirá quién es el ganador. Como bien les indicó la anterior carta, el último sobre está situado por los alrededores del Lago de Harlem, habrán de buscar por ahí. Pero no estarán solos, yo les acompañaré en este viaje, y no seré precisamente quien les ayude. A las doce y cinco ustedes saldrán de aquí corriendo a buscar el último sobre, y a las doce y diez saldré yo.-entonces El Cazador sacó una pistola de la chaqueta y todos lo miramos asustados- No se alarmen, esta pistola no mata, solo dispara dardos tranquilizantes. Si yo les disparo con esto no se despertarán hasta dentro de diez horas, momento en el que ya no habrá ninguno de nosotros en Central Park. En caso de que yo derribe a los seis y nadie coja el sobre, el premio no será para nadie y se irán ustedes a casa sin nada, pero, como habrán perdido, se les retirará todo el dinero de sus cuentas como se dijo menos al último que hubiera quedado en pie.-luego El Cazador sacó seis bolsas pequeñas de esas que se ponen en la espalda con varios objetos dentro- Dentro de esta bolsa tenéis lo que necesitáis; una linterna, un mapa de Central Park, una cuerda, una aguja médica con tranquilizador, una bomba de humo para despistarme a mí o a quien queráis y un pequeño escudo de metal para parar mis dardos si podéis. En cuanto yo toque el pito, podréis salir en busca del último sobre.

¿Un mini escudo? ¿Una bomba de humo? Esto parecía un juego de rol. Solo faltaba que nos diesen una espada para luchar contra nosotros. De repente el hombre gritó que nos preparásemos, así que saqué la linterna de la bolsa, me colgué la bolsa en la espalda y me puse en la puerta del parque. El Lago de Harlem estaba hacía el oeste, así que cuando cruzara la puerta tenía que ir hacía la izquierda.
Entonces nos pusimos todos en posición para salir y el hombre de negro pitó. Salimos todos disparados hacía la izquierda. Cogimos todos la calle que iba directa hacía el Lago Harlem.
Cuando llegué allá me fui hacia la izquierda otra vez. Conmigo iba Erik Spencer, el millonario. Él buscaba por la zona pegada al lago y yo por la zona que daba al bosque. Entonces oímos un disparo, no nos lo habían explicado pero sabíamos exactamente lo que pasaba, El Cazador había salido.
Empecé a caminar más rápido pero sin dejar de buscar, y Erik Spencer hizo lo mismo. Empecé a pensar que me estaba siguiendo, lo más probable es que me siguiera y en un momento en el que estuviera despistado me atacaría por la espalda. Y entonces se me ocurrió una cosa. En un momento en el que Erik no miraba me escondí rápidamente entre los arbustos y el follaje. Cuando Erik se giró, no vio a nadie y me empezó buscar con la mirada. Pensando que me había ido más para delante, avanzó y se puso delante mío. Momento que aproveché para salir de los arbustos y lanzarme encima suyo. Lo inmovilicé en el suelo y le até las manos con la cuerda de la bolsa. Una vez atado lo arrastré hacia los arbustos. Él no paraba gritar, así que, como sobraba un trozo de cuerda, lo corté y se lo até en la boca para que no pudiera hablar o gritar muy fuerte. Puse a Erik en una zona con mucho follaje para que no se pudiera mover mucho, si lo hacía se pincharía con unas zarzas que había al lado, así que hasta que no se pudiera desatar no podría salir de ahí.
Se lo que estaréis pensando, que tramposo que eres, pero yo soy así. Además, si no lo hubiera hecho yo, me lo hubiera hecho él a mí.
Seguí buscando por el camino, cuando de repente oí un grito, y luego se apagó. El Cazador debía de haber pillado a una de las chicas. Entonces oí que alguien pisaba una rama, y me giré rápidamente para ver quién era, y vi a Stephen Heller unos metros más para atrás. Vino a mí corriendo y me dijo que estuviera en silencio, que el grito de la chica se había oído muy cerca y que El Cazador estaría por allí. Hicimos un pacto, decidimos escapar del Cazador juntos. Corrimos hacia la otra punta del lago y allí nos encontramos con Amanda Jones. De repente vimos una silueta correr hasta nosotros, la esperamos pensando que era otro de los concursantes, pero cuando estaba a cinco metros de nosotros levantó una pistola y todos nos pusimos a correr, era El Cazador. Pero él era más rápido que nosotros y cuando nos giramos para ver dónde estaba, lo vimos delante nuestro. Estaba apuntándonos con la pistola de dardos y, como vi que iba a apretar el gatillo, cogí a Amanda Jones y la tiré contra El Cazador, de manera que cuando apretó el gatillo, el dardo le dio a Amanda y esta callo encima del Cazador. En ese momento le dije a Stephen que corriera y salimos corriendo los dos hacia el bosque.
No paramos de correr hasta que no oímos nada detrás nuestro. Entonces observé que estábamos dentro de un circulo de árboles. Había ocho árboles haciendo un círculo perfecto y nosotros estábamos justo en el centro del círculo. Más allá del círculo sólo se veía vegetación. Y de repente se me ocurrió una idea. Podíamos atraer a El Cazador hasta dentro del circulo y tenderle una trampa. Nosotros nos esconderíamos por la vegetación de alrededor y cuando El Cazador estuviera dentro del circulo le tiraríamos el dardo y le ataríamos con la cuerda de Stephen.
Cuando lo tuvimos todo preparado, Stephen pegó un grito y inmediatamente se escondió entre los arbustos. Yo había trepado a un árbol para poder apuntar mejor al Cazador. Tenía dos dardos, el de Stephen y el mío, por si acaso. Al cabo de unos cinco minutos ya oímos pisadas que se acercaban y me dispuse a disparar. Pero no llegó nada. Estaba sudando, sabía que en cualquier momento podía aparecer El Cazador y dispararnos, y entonces ya estaría todo perdido, me arruinaría y todo por lo que habría luchado se habría desvanecido. No sé en que estaba pensando al aceptar la invitación. ¿Qué me impulso a hacerlo, a participar en esta locura? A si, el amor...
De repente oí un disparo y me puse muy nerviosos. Stephen no podía haber sido porqué yo tenia su dardo, y entonces lo miré para ver que pasaba. Lo miré, pero no se movía. Yacía inmóvil en el suelo con un dardo clavado en el cuello. Entonces me entró el pánico, El Cazador había sido más listo que nosotros. ¿De verdad habíamos sido inútiles al creer que podíamos engañarlo? En un momento así ya no sabía que pensar. Y entonces lo vi, vi al Cazador. Estaba en el centro del círculo mirando haber si veía a alguien más, pero no fui capaz de disparar. Tenia miedo, por primera vez en mi vida tenía miedo. Y como no sabía que hacer, esperé. Esperé a que El Cazador se fuera, a que esa pesadilla acabase, y a que abriera los ojos y me encontrara en mi cama como cada mañana. Pero no fue así. El Cazador al final acabó por marcharse, pero yo no bajé del árbol. Incapaz de moverme oí como disparaban al penúltimo concursante, y sabía que yo iba a ser el próximo si no empezaba a moverme, era el único que quedaba y por tanto El Cazador solo tenía que buscarme a mí.
Bajé del árbol y cogí la bolsa de Stephen. En ella había una cuerda, una bomba de humo, el escudo, la linterna y el mapa. Lo puse todo en mi bolsa de manera que ahora tenía más cosas.
En lugar de salir al camino, me desplacé por el bosque, así tendría más posibilidades de esconderme y escapar en caso de necesidad.
Cuando llevaba unos pocos metros vi una cosa amarilla en uno de los árboles, mire mejor y vi que era un sobre, un sobre amarillo, el color del oro, del tesoro. Subí inmediatamente al árbol y cogí el sobre. Ya lo tenía, ahora solo me faltaba escapar de ese infierno de parque. Corrí por la vegetación siendo consciente de que hacía mucho ruido, pero me daba igual. Solo quería salir de ese parque cuanto antes. En cuanto divisara el camino que iba directo a la salida, iría corriendo hacia allí. Pero de repente me paré y escuché...pisadas. El Cazador me estaba persiguiendo. Me escondí en los arbustos y esperé. Al cabo de poco llegó El Cazador. Saqué de la bolsa los dardos silenciosamente y lo apunté. Esta era mi única oportunidad, si fallaba, El Cazador sabría donde estaba y me dispararía cuanto antes, y todo habría acabado. Estaba en juego mi dinero, cosa con la que no solía jugar. Estaba en juego mi amor, cosa que deseaba desesperadamente.
Así que no me lo pensé más y disparé. Y le dí. Pero no le dí en el cuello, ni en el brazo. Si no en la pierna. Así que no le hizo mucho efecto y continuaba en pie, y venía hacia mí. Corrí hacia el camino, sabía que allí podía darme más fácilmente pero podría correr mejor. Mientras corría saqué el segundo dardo de la bolsa y en un movimiento casi suicida me giré, apunté al Cazador que me perseguía y le disparé. Esta vez le dí en el pecho, y cayó. No sé si se quedo inconsciente o no pero me daba igual, solo quería llegar a la salida.
Y lo conseguí.



lunes, 2 de septiembre de 2013

Frase

-"Cualquier persona podrá hacerte reír, pero solo una persona especial podrá hacerte feliz". (Lorién Quesada)