Desde pequeñas les han dicho que eran princesas, que podían hacer lo que quisieran si se lo proponían. Que si se ponían el vestido y la corona, podían mandar a quien quisieran. Que serían las amas de un palacio, un palacio precioso, en paz y sin males ni discusiones, sin mentiras ni traiciones. Siempre les dicen que sus vidas serán perfectas, que encontraran a un príncipe del que enamorarse, y que él les cuidara toda la vida. Pero les mienten, les mienten descaradamente y sin compasión. Pero ellas no lo saben, no lo saben hasta que ya es tarde, y ya no pueden hacer nada para arreglarlo. Solo han sido una pobre víctima más de esta sociedad. Ven como todo a su alrededor se va marchitando, se va volviendo negro, y se dan cuenta de que en el cuento del que siempre les habían hablado, en realidad gobierna el malo. Les quitan sus vestidos, les roban sus corceles y les queman sus palacios, y, en un momento, les rompen los sueños y les dejan sin nada. Ahora solo son unas pocas almas blancas deambulando por un mundo negro. No tienen nada. Intentan recuperar esos sueños rotos buscando a un príncipe en vano, en el fondo saben que no lo van a encontrar, pero se aferran a la esperanza de que todo sea solo una pesadilla, y vuelvan a despertar en su dulce cama en palacio. Pero no es así, y poco poco se van dando cuenta. Empiezan a abrir los ojos y ven la horrible realidad. Y entonces es cuando sus almas se empiezan a volver grises, ese gris que lentamente se irá transformando en negro, y una vez más, se habrán ahogado en sus miedos y la sociedad habrá ganado.
Triste pero cierto, sigue así :)
ResponderEliminarNo hay príncipes ni princesas que salven a nadie. Se tu mismo y tendrás lo que te mereces. ;-) ☆♧
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