sábado, 31 de enero de 2015

Asesinato a la creatividad.

Nadie me lo preguntó, nadie me dijo si quería estar aquí.
¿Libertad? Y una mierda.

Estoy aquí, pensando en lo que podría estar haciendo allá. Aprendo inútilmente cosas que luego olvidaré. Y os preguntaréis, ¿para qué, entonces? No lo sé, "solo hazlo y calla y la vida te irá mejor", dicen.
¿Por qué? No quiero, no me siento bien aquí. La vida es larga, aburrida y monótona. Pero no te puedes quejar, no. Bueno, lo puedes intentar, pero te harán callar. 
La belleza no está aquí, está allá. Sin embargo, yo estoy aquí y no allá. Aquí, donde no debería estar. Aquí, donde deberían "fomentar mi imaginación". Pero no lo hacen, no lo saben hacer. Algunos, de vez en cuando, lo hacen, pero no se quedan mucho, se van y no los vuelves a ver jamás. Lástima, era lo único que hacía ésto un poco más aguantable.
No puedo realizarme, me retienen, me encierran, no me quieren. 
Sin embargo, yo estoy aquí, no allá.



Córtale las alas al pájaro, y el pájaro caerá.

Me consumo poco a poco.


Me chupan la energía, la diversión, la magia... En definitiva; la vida.
Me consumo poco a poco, sin que nadie parezca darse cuenta. 
Sin nadie con quien jugar, sin nadie con quien divertirme.
Con el que pasar horas y horas sin preocuparse.

Uno se va marchitando de tanto desuso.
Acumulo polvo y me voy yendo.
Me sumerjo en la oscuridad.
Yo, el de antes.
Yo, el niño.
Yo.